Transición de la atención pediátrica a la del adulto en trasplante renal
Resumen
La transición de la atención pediátrica a la del adulto en pacientes con enfermedades crónicas presenta aspectos que merecen ser tenidos en cuenta a la hora de repensar el pasaje como un protocolo de actuación decidimos explorar las características de la derivación y la satisfacción con la atención profesional que experimentaron los pacientes trasplantados renales en el proceso de transición de la atención pediátrica a la atención del adulto. Se incluyeron 20 pacientes en seguimiento en Unidad de Nefrología y Trasplante Renal del Hospital Argerich que habían sido trasplantados en centros pediátricos. Se realizó una encuesta semiestructurada que evaluó satisfacción con la atención profesional y las áreas de nivel educacional y situación laboral. La edad promedio al momento de la realización de la encuesta fue de 27 años y la de la transición fue de 20-38 años, la distribución de sexo fue 13 varones y 7 mujeres. En la esfera de educación y trabajo se encontró que 11 pacientes trabajaban, estando bajo relación de dependencia sólo 4. Durante el período de diálisis, 5 pacientes abandonaron los estudios. El grupo que abandonó en la actualidad no trabaja o tienen una situación laboral precaria. Ningún paciente tuvo contacto previo a la transición con el equipo de adulto, pero a 8 les hubiera gustado tener un contacto previo. Ningún paciente estuvo enterado antes de los 6 meses que se realizaría la transición y 15 pacientes refirieron que no fueron preparados para la misma. De los 20 pacientes encuestados 19 contestaron que el trato recibido en el hospital fue bueno a muy bueno. A 10 pacientes les costó adaptarse mientras que 11 experimentaron sensaciones negativas ante el cambio. Catorce pacientes refirieron que se sentían más responsables con respecto al cuidado de su enfermedad. En 13 pacientes la familia no interviene en el tratamiento actual y ante la pregunta si les gustaría que participaran todos respondieron que no Durante el seguimiento en el servicio de adultos 11 pacientes tuvieron necesidad de internarse y ante la pregunta de cómo se sintieron durante la misma 7 de los ellos la consideró entre regular y mala, concluimos que la derivación programada es una asignatura pendiente de ambos grupos médicos. La misma debería incluirse en una política institucional, bajo una derivación formal y un programa de seguimiento con el desarrollo de herramientas para evaluar y predecir adherencia.