IMÁGENES EN NEFROLOGÍA
Acidosis tubular renal y litiasis renal
  Renal tubular acidosis and renal lithiasis
  Elisa Elena del Valle, Natalia Mesías
 Servicio de Nefrología, Fundación Favaloro, Buenos Aires, Argentina (elisadelvalle@gmail.com)
Recibido en su forma original: 9 de agosto de 2017 
Aceptación final: 14 de agosto  de 2017
Paciente  masculino de 33 años con antecedente de acidosis tubular distal (ATRD)  diagnosticada a los 8 años de edad. En seguimiento médico hasta los 20 años y  en tratamiento con solución de Scholl hasta la actualidad. Reanuda controles  nefrológicos en 2017 a los 33 años (13 años sin control nefrológico). A los 26  años tuvo el primer cólico renal con expulsión de cálculos que se repitió en  varias oportunidades. Nunca se analizó la composición de los cálculos.
Para poder  diagnosticar la ATRD en la clínica es necesario determinar la creatinina  plasmática y las excreciones fraccionales de sodio, potasio y cloro, la  calciuria y la citraturia. Generalmente se observa acidosis en la sangre (pH  < 7,35) y una disminución pronunciada de la concentración del bicarbonato y  del CO2 (< 15 mEq/l). En la ATRD el pH de la orina es mayor de 6 en  presencia de acidosis metabólica sistémica.
 Para los casos cuyo  diagnóstico está en duda, como en la ATRD incompleta, es recomendable aplicar  pruebas de acidificación. Estas pruebas consisten en la administración de  NH4Cl, determinándose a continuación: el pH, la acidez titulable y la excreción  urinaria de amonio48. Como su uso puede estar limitado por efectos secundarios  gastrointestinales, se puede utilizar también la prueba de furosemida con  fludrocortisona, que a pesar de su baja especificidad, tiene una alta  sensibilidad.
 Los estudios por  imagen en los pacientes con ATRD muestran la presencia de depósitos de calcio  en el tejido renal (nefrocalcinosis) y/o de cálculos en las vías urinarias  (nefrolitiasis). Sin tratamiento, la ATRD provoca la detención del  crecimiento,  raquitismo en los niños  y  osteomalacia en los adultos y  deterioro de la función renal a través de los años.
 Las  manifestaciones clínicas de ATR distal varían dependiendo de la etiología  subyacente. Las formas genéticas recesivas se presentan en la infancia, la  forma dominante en etapas  más tardía (adolescencia  o edad adulta) y la adquirida puede ocurrir en cualquier edad dependiendo  del   momento de la lesión tubular renal.
 La  forma genética recesiva de RTA suele presentarse durante la infancia y  generalmente se asocia con manifestaciones clínicas graves: acidosis metabólica  hiperclorémica grave, hipopotasemia moderada a grave, retraso del crecimiento  corporal, raquitismo y nefrocalcinosis.
 La  ATR distal dominante suele estar asociado a una enfermedad más leve y se  presenta más tarde en la vida. El hallazgo inicial más común es la litiasis  renal o la nefrocalcinosis. Los pacientes típicamente tienen acidosis leve,  hipokalemia leve a moderada, y menos comúnmente, retraso en el crecimiento.
 Los  factores que pueden contribuir a la formación de cálculos o nefrocalcinosis son  hipercalciuria, hipocitraturia y pH urinario persistentemente alcalino.
 Las  causas de hipercalciuria son: acidosis metabólica por un lado inhibe la  reabsorción tubular distal de Ca++ y además el hueso actúa como  buffer intercambiando H+   por sales de Ca++
 La  hipocitraturia es severa < 100 mg/día y se debe  a que en acidosis metabólica aumenta la  reabsorción tubular proximal de citrato. La hipokalemia también favorece una  baja excreción de citrato por provocar tanto acidosis intracelular como aumento  del transporte de citrato a  nivel de  las vesículas del ribete en  cepillo de membrana apical, posiblemente secundario a un aumento en el número  de transportadores de citrato, pH urinario persistentemente alcalino que  favorece la precipitación de fosfato de calcio.
 La  histopatología renal de pacientes formadores de cálculos con RTA distal revela  depósitos de fosfato de calcio en la forma de apatita que obstruyen los  conductos  de la medular interna y los  conductos de Bellini; marcada lesión y la pérdida de células epiteliales. Los  conductos obstruidos estaban rodeados por fibrosis intersticial, pero la  fibrosis era generalizada y fue la principal característica de la  histopatología incluso cuando no se observaban túbulos obstruidos.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA 
DuBose TD, Alpern RJ. Renal tubular acidosis. En: Scriver CR, Beaudet AL, Sly WS, Valle D, eds. The metabolic and molecular bases of inherited diseases. New York: McGraw-Hill, 2001; pp. 4983-5021. 
  Chan JC, Santos F, Hand M. Fluid, electrolyte, and acid-base disorders in children. En: Taal MW, Chertow GM, Marsden PA, Skorecki K, Yu ASL, Brenner BM, eds. Brenner & Rector’s the kidney. Philadelphia, PA: Elsevier/Saunders, 2012; pp. 2572-621.
  Escobar L, Mejía N, Gil H, Santos F. La acidosis tubular renal distal: una enfermedad hereditaria en la que no se pueden eliminar los hidrogeniones. Nefrologia (Madr.) 2013;33(3):289-96.
  Evan AP, Lingeman J, Coe F, Shao Y, Miller N, Matlaga B, et al. Renal histopathology of stone-forming patients with distal renal tubular acidosis. Kidney Int. 2007;71(8):795-801.
  Foreman JW. Renal tubular acidosis. En: Kher KK, Makker SP, Schnaper HW, eds. Clinical Pediatrics Nephrology. 2nd ed. Boca Raton, FL: Taylor & Francis, 2006; pp. 302-16. 
Sánchez A, Sarano D, del Valle E. Nefrolitiasis. Fisiopatología, evaluación metabólica y manejo terapéutico. Actual Osteol. 2011;7(3):195-234.
Cómo citar este artículo: del Valle EE, Mesías N. Acidosis tubular renal y litiasis renal. Rev Nefrol Dial Traspl. 2017; 37(4):183-5.
Revista de Nefrología, Diálisis y Trasplante
  ISSN 2346-8548 (electrónico) - ISSN 0326-3428 (impreso) 
  Gascón 88 (1181) Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina
  Contacto: ban@renal.org.ar