ARTÍCULO ESPECIAL

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Documento de Consenso. Implicancia de la proteinuria en el diagnóstico y seguimiento de la enfermedad renal crónica (ERC)

Consensus Document. Implication of proteinuria in the diagnosis and monitoring of the chronic kidney disease (CKD)

Coordinadores: Felipe Inserra, Margarita Angerosa (felipe.inserra@gmail.com)
Autores: Jorge R. Alegre, Alberto Alles, María Eugenia Bianchi, Enrique Dorado, María Cecilia Etchegoyen, Alicia Fayad, Gustavo Greloni, Daniel Mazziotta, Graciela Pennacchiotti, Guillermo Rosa Diez, Santiago Torales, María Lía Torres, Federico Varela, Alberto Villagra

 

Recibido en su forma original: 6 de noviembre de 2013
Aceptación final: 13 de diciembre de 2013

 

 

RESUMEN

La enfermedad renal crónica (ERC) es una entidad clínica secundaria a múltiples etiologías, que se caracteriza por ser silente en etapas tempranas y, en ausencia de tratamiento adecuado, frecuentemente tiene un curso progresivo que conduce al fallo irreversible de la función del órgano y requerimiento de tratamiento sustitutivo (diálisis o trasplante renal). La ERC es un factor de riesgo de enfermedad cardiovascular (CV), siendo ésta la complicación más frecuente, e inclusive la principal causa de fallecimiento de estos pacientes. Las dos causas más prevalentes de ERC son la diabetes mellitus y la hipertensión arterial. La ERC constituye un problema de Salud Pública, no sólo por la necesidad potencial de diálisis y trasplante a largo plazo, sino por la comorbilidad CV que implica desde etapas tempranas.
Nuestras Sociedades Científicas y Profesionales Nacionales han recomendado, en un documento previo publicado en el año 2010, que la evaluación de la función del riñón se haga mediante la estimación del índice de filtrado glomerular (IFGe) por fórmula, a partir de la medición de la creatinina plasmática. La fórmula recomendada por nuestras sociedades en los adultos es la MDRD (Modification of Diet in Renal Disease), en la cual el único parámetro medido es la determinación de la creatinina en sangre, más allá de recientes opiniones sobre la potencial superioridad de la fórmula CKD-EPI (Chronic Kidney Disease Epidemiology Collaboration), particularmente cuando la afectación de la función es leve. De todas maneras e independientemente de cuál sea la mejor fórmula para utilizar, la valoración funcional renal es una imagen del estado funcional del riñón de ese momento, y las evidencias acumuladas demuestran que poco nos dice sobre la posibilidad evolutiva de esa situación funcional y clínica. La presencia de concentraciones elevadas de proteína o albúmina en orina de modo persistente, es un signo de lesión renal y constituye, junto con el IFGe, la mejor estrategia sobre la que se sustenta el diagnóstico y pronóstico de la ERC.
Para determinar la pérdida de proteínas o albúmina en orina se pueden utilizar: tiras reactivas, en muestras de orina al azar, primera orina de la mañana, u orina de 24 horas, dependiendo de cuál sea la situación o momento clínico en el que estemos actuando. Siendo diferente si estamos realizando una pesquisa poblacional, una confirmación diagnóstica especializada, en el seguimiento de un tratamiento clásico, o bien evaluando una nueva estrategia antiproteinúrica.
Cabe destacar que el uso de tiras reactivas para la determinación de proteínas totales en orina ha sido evaluado por distintos estudios, los cuales han comparado la exactitud diagnóstica de la tira reactiva frente a la medida de proteína en orina de 24 horas en poblaciones con alta prevalencia de proteinuria (reacciones positivas a partir de 1+). Sin embargo, los resultados muestran una sensibilidad y especificidad variable. Por ello, la mayoría de guías de práctica clínica aconsejan la confirmación de un resultado positivo mediante una medida cuantitativa. Por otra parte, la medida semicuantitativa de albúmina a partir de tiras reactivas la cual se basa en métodos inmunológicos o no inmunológicos, son capaces de detectar pequeñas concentraciones de albúmina (límite de detección promedio 20 mg/l). Además, el valor predictivo positivo y negativo es variable dependiendo de la concentración utilizada para definir albuminuria. Teniendo en cuenta los conceptos mencionados, en los casos que se considere necesario valorar pequeñas cantidades de pérdida proteica por orina, debe medirse Albúmina urinaria y el cociente Albúmina/Creatinina, preferentemente en la primera orina de la mañana. Cada situación clínica requiere conductas y metodologías preferenciales. Cuando pretendemos realizar la confirmación diagnóstica o el seguimiento de una enfermedad renal ya conocida, actualmente se recomienda el uso del cociente Albúmina/Creatinina o del cociente Proteína/Creatinina en la primer orina de la mañana en adultos y niños pequeños, y la orina de 24 hs en niños con adecuado control de esfínteres. La concentración de proteína o albúmina en orina se recomienda que sea referida a la concentración de creatinina urinaria para minimizar los errores dependientes del volumen, y del estado de hidratación del paciente. La expresión de resultados será mg/g o bien mg/mmol, en función del tipo de unidades utilizadas por cada laboratorio.

Los resultados se deberán expresar sin decimales (mg/g) o con un decimal (mg/mmol). Si las muestras no son procesadas el mismo día de la obtención, deben almacenarse a temperaturas entre 2 y 8º C hasta 7 días. Se recomienda abandonar el uso de los términos microalbuminuria y macroalbuminuria y sustituirse por el de albuminuria ya que la pérdida urinaria de albúmina constituye una variable continua de riesgo renal y cardiovascular. Este documento proporciona una visión general y actualizada sobre el rol de la proteinuria en el diagnóstico y seguimiento de la ERC.

PALABRAS CLAVE: enfermedad renal crónica; diagnóstico de ERC; proteinuria; albuminuria; creatinina; cociente albúmina/creatinina en orina; cociente proteína/creatinina en orina

 

ABSTRACT
Chronic kidney disease (CKD) is a clinical entity secondary to multiple etiologies, characterized for being still in early stages and, without an adequate treatment, it frequently follows a progressive course that leads to an irreversible failure of the organ function and requires a substitute treatment (dialysis or renal transplant). CKD is a risk factor for cardiovascular disease (CV); this is the most frequent complication, including the principal cause of death for these patients. The two most prevalent causes of CKD are diabetes mellitus and arterial hypertension. CKD constitutes a problem in Public Health, not only because of its potential need for dialysis and transplant in the long run, but also for the cardiovascular co-morbidity implicated from its initial stages.

Our Scientific and Professional National Societies have recommended, in a previous document published in 2010, that the evaluation of the renal function be estimated by means of the glomerular filtrate index (GFI) by a formula, taking into account the measure of plasmatic creatinine. For our societies, the recommended formula in adults is MDRD (Modification of Diet in Renal Disease). In this one, the only parameter that is measured is the determination of creatinine in blood; although recient opinions highlight the potential superiority of CKD-EPI (Chronic Kidney Disease Epidemiology Collaboration), particularly when the renal function is slightly affected. Anyway, and despite which is the best formula to be used, the evaluation of the renal function is an image of the functional condition of the kidney at a specific time, and the accumulated evidences offer little or no possibility of knowing the evolution of the functional and clinical situation. The persistent presence of increased concentrations of protein or albumin in urine is a signal of renal injury and constitutes, together with GFI, the best strategy on which both the diagnosis and prediction of CKD rely on.
In order to determine the loss of proteins or albumin in urine, test strips in urine samples taken at ramdom or from first urine morning samples or from 24-hours urine samples were used depending on the clinical situation. It depends whether we are performing a population screening, a specialized diagnostic confirmation, the monitoring of a classic treatment or the evaluation of a new antiproteinuric strategy.
It should be highlighted that the use of test strips for the screening of total proteins in urine has already been evaluated by different means. These have compared the diagnostic precision of the test strip with the measure of protein in a 24-hour urine in populations with a high prevalence of proteinuria. However, the results show a variable sensitivity and specificity. That is why the majority of the clinical practice guides suggest the confirmation of a positive result by means of a quantitative measure. On the other hand, the semiquantitative measure of albumin by means of test strips based on immunological or non-immunological procedures is capable of detecting small concentrations of albumin (the mean of limit of detection is 20 mg/l). Moreover, the positive and negative predictive value is variable depending on the concentration used to define albuminuria. Taking into account the concepts mentioned above, in those cases that are considered necessary to evaluate small amounts of protein loss in the urine, the determination of urinary albumin and of the ratio albumin/creatinine should be requested; preferably in the first morning urine.

Each clinical situation requires preferential handlings and methodologies, when we try to perform diagnostic confirmation or monitoring of the already existing kidney disease the use of the Albumin/Creatinin ratio or the Protein/Creatinin ratio in urine is recommended in the first morning urine in adults and little children, and in the 24-hour urine in children with adequate control of sphincters. It is recommended that the concentration of protein or albumin in urine be referred to the concentration of urinary creatinine to minimize the errors depending on the volume and on the hydration status of the patient. The results will be expressed in mg/g, or else mg/mmol, depending on the types of units used by each laboratory. The results should be expressed without decimals (mg/g) or with one decimal (mg/mmol). If the samples are not processed the same day of their obtainment, should be stored at temperatures between 2 °C and 8 °C for 7 days. It is also advisable to quit the use of the terms microalbuminuria and macroalbuminuria, and replace them instead for albuminuria, as the urinary loss of albumin constitutes a continuous variable of renal and cardiovascular risk. This document provides a general and updated vision of the role of proteinuria in the diagnosis and monitoring of the CKD.

KEYWORDS: chronic renal disease; diagnosis of CKD; proteinuria; albuminuria; creatinin; albumin/creatinin ratio in urine; protein/creatinin ratio in urine

 

 

 

OBJETIVOS

La tarea principal de este Grupo de Trabajo fue desarrollar un plan de acción clínica dentro del marco de estrategias de diagnóstico, pronóstico y seguimiento de la ERC para prevenir su progresión y la aparición de eventos clínicos asociados.

Para ello se definieron los siguientes objetivos específicos en este consenso:

 

INTRODUCCIÓN

El crecimiento mundial de la enfermedad renal crónica (ERC) ha sido reportado reiteradamente en los últimos años, siendo su prevalencia estimada de más del 10% de la población adulta, según consta en los distintos estudios epidemiológicos incluyendo alguna información de nuestro país.(1-2) Sin embargo, cuando buscamos cuántos de los que presentan la enfermedad renal (ER), tienen conciencia o conocimiento de ello, nos encontramos con la sorpresa que lo saben menos del 10% de los individuos que la padecen. Esto se debe a varios factores concurrentes, sobresaliendo la característica de ser una enfermedad asintomática. Es por ello que se propone la búsqueda de la ERC en estado de salud aparente, particularmente en las poblaciones que están en mayor riesgo de padecerla, como son los pacientes con Diabetes Mellitus (DM), con Hipertensión Arterial (HTA), individuos mayores de 60 años, pacientes con antecedentes familiares de ERC y aquellos con enfermedad cardiovascular (CV). Dentro de estas poblaciones de mayor riesgo, se estima que la prevalencia de ERC es del 20% entre hipertensos y del 35 al 40% en los diabéticos. En pediatría los antecedentes relevantes son: antecedentes prenatales (oligoamnios, ecografía renal patológica), perinatales (hipoxia, prematurez), reflujo vesicoureteral con infecciones urinarias recurrentes, y pacientes que padecieron síndrome urémico hemolítico. La búsqueda de marcadores de daño renal en pacientes de alto riesgo se debe realizar de manera sistemática, solicitando dos determinaciones de rutina en el laboratorio: creatininemia y análisis de orina. Estos estudios se realizan con algunos de los siguientes dos objetivos: 1) buscar alteraciones de la función renal, a partir de la creatinina plasmática y posterior estimación del índice de filtración glomerular (IFGe) por fórmula, para mejorar su sensibilidad, como fué desarrollado en el documento de consenso previo.(3) La fórmula de Schwartz hace referencia al cálculo del IFGe en pediatría.(4); 2) lesión de la estructura del riñón, que se busca en el Análisis de Orina Completa, la detección de Proteinuria y/o Albuminuria mediante el uso de tiras reactivas y su posterior determinación cuantitativa toda vez que se obtenga un resultado positivo. Si dichas evaluaciones son normales podríamos prácticamente descartar la presencia de enfermedad renal o el riesgo de progresión.

 

PROTEINURIA

En condiciones normales, un individuo sano elimina por la orina entre 40-80 mg de proteína por día, de los cuales aproximadamente 10-15 mg corresponden a la albúmina y el resto está formado principalmente por la proteína de Tamm-Horsfall(5) y por pequeñas cantidades de otras proteínas de bajo peso molecular. En niños se considera proteinuria fisiológica a valores menores a 5 mg/kg/día o 100 mg/m2/24h (compuesta por 40% de albúmina y 60% de otras proteínas). Cuando la muestra utilizada es una orina recolectada de manera aleatoria en reemplazo de una recolección de 24 horas, los resultados deben expresarse en forma de cociente entre la concentración de proteína y de creatinina en orina. Al igual que cuando realizamos la búsqueda de Albúmina en orina.

 

Tipos de proteinuria

El aumento de la concentración de proteínas en orina puede ser el resultado de distintos mecanismos etiopatogénicos.(6) Cada uno de ellos se asocia con una proteinuria de características cuantitativas y cualitativas, diferentes. La presencia de albúmina en orina expresa daño glomerular, siendo un factor de riesgo de progresión a ERC tanto en los adultos como también en los niños. La presencia en orina de proteínas de bajo peso molecular (β2-microglobulina, α1-microglobulina, proteína ligada al retinol, entre otras) denota la existencia de enfermedad túbulo intersticial. Otro tipo de proteinuria que debe destacarse es la ortostática o postural (excreción proteica diaria menor de 2 g/día que aparece solo cuando el individuo está en posición de pie y no cuando está acostado). Afecta sobre todo a niños y adolescentes, y tiende a desaparecer al llegar a la edad adulta.(7-9)

 

ALBUMINURIA

La albúmina, una proteína de 65-kDa sintetizada en el hígado, es la proteína plasmática más abundante. Las principales funciones de la albúmina son: a) regular la presión oncótica del plasma; b) actuar como buffer ácido/base; y c) mediar el transporte de diversos metabolitos, hormonas, vitaminas y medicamentos. La excreción de albúmina en orina en los individuos sanos es inferior a 30 mg/día.(1,10-11) Históricamente, la albuminuria se ha definido en términos de la excreción urinaria de albúmina por unidad de tiempo, típicamente de 24 horas. La dificultad de reunir las muestras de orina de 24 horas ha dado lugar a la medida de la excreción de albúmina en otros tipos de muestras de orina.(12) Cuando el espécimen empleado para su medida es una orina aleatoria, los resultados deben expresarse en forma de cociente entre la concentración de albúmina y creatinina en orina. Dicha relación proporciona una estimación precisa de la excreción urinaria de albúmina, y además, no es afectada por el estado de hidratación del paciente. Aunque la excreción de creatinina varía entre los individuos según la edad, el género, la raza y el peso corporal, los resultados de estudios realizados en adultos y niños, demuestran una fuerte correlación con las mediciones en orina de 24 horas.(12) Los valores discriminantes de anormalidad que muestran un mayor consenso internacional son >2,5 mg/mmol o >20 mg/g en hombres y >3,5 mg/mmol o >30 mg/g en mujeres, aunque algunas sociedades recomiendan el uso de un único criterio de decisión.(13) Estos valores, que fueron obtenidos a partir de individuos con diabetes insulino dependiente, han sido extrapolados al resto de la población,(14) existiendo algunas opiniones discordantes al respecto. En pediatría se consideran valores entre 20 a 200 µg/min en muestra única o 30 a 300 mg/día en orina de 24 hs. Siendo necesario realizar tres determinaciones a fin de confirmar dichos resultados.(15) La excreción urinaria de albúmina por encima de los valores considerados de corte o de referencia para una población determinada, indica daño renal o por lo menos endotelial. Además se reconoce como un factor de riesgo para la progresión de la ER y de la enfermedad CV. Las mediciones de albúmina urinaria han centrado la atención en la necesidad clínica de obtener resultados precisos y claramente informados.(16)

En condiciones normales la concentración de albúmina representa sólo una pequeña parte de la concentración de proteínas presentes en la orina. A medida que la concentración de proteínas aumenta, también lo hace la proporción representada por la albúmina.(17-18) Debido a la relación variable entre ambas magnitudes, no es aconsejable el uso de factores de conversión del cociente Proteína/Creatinina en orina a partir del cociente Albúmina/Creatinina en orina o viceversa.(19) Dado que la relación entre la albuminuria y el riesgo CV o renal es continua y directamente proporcional (mayor albuminuria implica mayor riesgo), es difícil establecer el nivel normal de albuminuria. El valor de corte inferior puede cambiar a lo largo de los años, como se ha visto con otros valores de corte (presión arterial, colesterol) en las últimas décadas. De hecho, los niveles de corte se definen según el costo/beneficio de la detección de la albuminuria y del tratamiento para reducirla en un intento de prevenir la enfermedad CV y la ERC. Si se encontrara que la relación costo/beneficio es efectiva para reducir los niveles de albuminuria de, por ejemplo, 15 mg/g creatinina, consecuentemente resultaría prudente establecer una definición de albuminuria anormal a partir de ese nivel. Puede ser apropiado utilizar un valor de corte más bajo de albuminuria en el caso de morbilidades concomitantes, tales como la diabetes.(20)

 

IMPLICANCIA DE LA VALORACION DE LA PÉRDIDA DE PROTEÍNAS

 

Implicancia de la valoración de la Proteinuria

Si bien con la evaluación del IFGe podemos saber si los pacientes tienen o no insuficiencia renal, y podemos valorar la magnitud de la misma ubicándolo en alguno de los estadios, esta información poco o nada nos dice sobre cuál es el pronóstico y la posibilidad de progresión y/o complicaciones que la ERC tiene, salvo para aquellos pacientes que se encuentren en estadios 4 o 5 de la ERC, que son la minoría. Para conocer ésta información pronóstica esencial, en los estadios previos, hace falta, tal como lo referimos previamente, un marcador de daño de la estructura renal.

La albuminuria alterada en el rango de lo hasta ahora conocido como microalbuminuria, tomado como manifestación de lesión estructural del riñón, genera opiniones contradictorias, en cambio, la pérdida de proteínas en el rango de lo conocido previamente como “macroalbuminuria” (>200 mg/g de creatinina, o >150 a 200 mg de proteínas/en 24 horas o >0,2 g de proteínas/g de creatinina) o proteinuria, es aceptada como una manera adecuada de evaluar el verdadero daño del parénquima renal. Se conoce desde hace muchos años que la magnitud de la proteinuria es un claro indicador de la velocidad de pérdida de función renal,(21) asimismo se ha publicado reiteradamente su poder predictivo de eventos cardiovasculares, tanto coronarios como cerebrovasculares.(22)

En el último tiempo fué adquiriendo cada vez más sustento la estrategia de evaluar de manera conjunta, la pérdida de albúmina o proteínas urinarias al mismo tiempo que el IFGe, pues se ha reconocido que juntos tienen un mayor poder predictivo tanto de la magnitud de la lesión renal como también de su progresión.(23) La curva ROC proveniente de los datos de estos dos parámetros asociados, muestra una alta sensibilidad y especificidad, que no mejora sustancialmente cuando se le agregan otros datos clínicos del paciente.

Recientemente un importante metaanálisis, con más de un millón de pacientes, muestra que la pérdida proteica evaluada tanto por tira reactiva, como del índice o cociente Albúmina/Creatinina en orina, usadas junto con el IFGe tienen una relación directa con la morbimortalidad total y cardiovascular en la población general.(24) Asimismo con datos extraídos del estudio AASK (African American Study of Kidney Disease),(25) se observó que el tratamiento que logra un descenso adecuado de la presión arterial, solo reduce el riesgo en aquellos pacientes en los cuales la proteinuria cae más del 20% de su valor inicial. Estos datos parecen estar confirmando que en aquellos pacientes proteinúricos que no reducen la pérdida proteica con el tratamiento, no se logra disminuir significativamente el riesgo a pesar que el objetivo de presión se alcance. Estos datos sustentan la robusta utilidad clínica de la proteinuria como marcador pronóstico de progresión de la ERC y también de complicaciones asociadas, por ende disminuir la proteinuria parece constituir un objetivo terapéutico válido en el tratamiento de la ERC.

Durante el año 2011, la Sociedad Internacional de Nefrología, a través de la iniciativa KDIGO (Kidney Disease: Improving Global Outcomes), decidieron difundir una tabla de riesgo que recomiendan utilizar al momento de la búsqueda y valoración de enfermedad renal. Esta tabla posibilita que los parámetros de función renal y los de lesión renal sean evaluados de manera conjunta y con los resultados de ambos se sugiere de manera simple una orientación diagnóstica inicial que incluye pronóstico y conductas teniendo en cuenta el estadio de la ERC junto al riesgo de progresión y complicaciones de la misma.(26) A principios de este año se publicó en un suplemento de Kidney Internacional dedicado a ERC, el trabajo del denominado Chronic Kidney Disease Prognosis Consortium (CKD-PC)(27) integrando los esfuerzos de la National Kidney Foundation (NKF) y Kidney Disease: Improving Renal Outcomes (KDIGO) donde en el capítulo 2 de definición, identificación y predicción de la progresión de la ERC sugiere modificar la tabla de riesgo previa, teniendo en cuenta el análisis de la información disponible del seguimiento de 46 cohortes en 40 países de Asia, Europa, Norte y Sud América y Australasia. La tabla propuesta se presenta en la Figura 1.

 

 

Figura 1. Guía de Riesgo de Progresión de ERC. Se muestra el IFG y la Albuminuria para reflejar el riesgo de progresión de la intensidad de la coloración. Los números de las cajas son una guía para la frecuencia de monitoreo (número de veces al año). Verde: refleja enfermedad estable, con seguimiento de las mediciones anuales si la ERC está presente; Amarillo: requiere precaución y las medidas de, por lo menos, una vez al año; Anaranjado: requiere mediciones efectuadas 2 veces al año; Rojo: requiere mediciones 3 veces por año; Rojo oscuro: requiere un seguimiento de aproximadamente 4 veces o más por año (por lo menos cada 1-3 meses). Modificado de referencia(27)

 

 

Implicancia de la valoración de excreción alterada de Albúmina en orina

La pérdida de pequeñas cantidades de albúmina en orina es un marcador aceptado de lesión endotelial, pero su importancia como indicador de daño estructural renal permanece discutida.(28-29) En la actualidad en lugar de microalbuminuria se recomienda denominar, a la pérdida urinaria de pequeñas cantidades de albúmina como alteración en la excreción urinaria de albúmina o del cociente Albúmina/Creatinina urinaria alterada, y su valoración se realiza en muestras de orina tomadas al azar, preferentemente en la primera micción matinal, mediante la utilización del cociente Albúmina/Creatinina, o con tiras reactivas específicas que hacen mediciones semicuantitativas (destacando que un resultado positivo por tira reactiva debe confirmarse mediante la medida cuantitativa). De esta manera se evitan las erróneas recolecciones de orina de 24 horas. En población pediátrica con control de esfínteres se prefiere la recolección de orina de 24 horas. Se consideran anormales los valores, por encima de 20 mg/g en el hombre y de 30 mg/g en la mujer. Esta anormalidad es más prevalente en los pacientes hipertensos (10 a 20 %) en relación a los normotensos (4 a 6 %) según los distintos reportes. Sin embargo, el comportamiento de ésta alteración del cociente Albúmina/Creatinina resultante del tratamiento, no sigue patrones uniformes en relación a marcar mejoría o empeoramiento cuando la concentración urinaria de albúmina desciende o bien aumenta.(30)

Si bien existe una gran evidencia que relaciona a valores crecientes del cociente Albúmina/Creatinina en orina con mayor riesgo CV y renal, los resultados son aún insuficientes para poder recomendar el uso de drogas antihipertensivas como estrategia terapéutica antiproteinurica a fin de reducir los valores de albuminuria en los rangos entre 20 y 200 mg/g para hombres y 30 y 300 mg/g para mujeres.

 

CONSIDERACIONES METODOLÓGICAS EN LA EVALUACIÓN DE LA PROTEINURIA

Existe una serie de consideraciones metodológicas esenciales que no puede dejar de tenerse en cuenta cuando se realiza el análisis en la orina buscando detectar y cuantificar la magnitud de la pérdida proteica.

 

CONDICIONES PREANALÍTICAS

 

Pacientes

La presencia de fiebre, situaciones de estrés o la realización de ejercicio físico intenso(31) pueden producir elevaciones transitorias de la proteinuria. Asimismo, la presencia de infecciones del tracto urinario o la menstruación pueden ocasionar resultados falsamente positivos. Por ello, bajo estas circunstancias se recomienda evitar la recolección de orina para la valoración de proteinuria.

 

Tipos de muestras

La recolección de orina de 24 horas comprende las principales condiciones de variabilidad de la eliminación urinaria de proteínas a lo largo del día (grado de hidratación, actividad física o ingesta proteica). Sin embargo, los problemas asociados con la recolección de orina de 24 horas (tiempo exacto y volumen completo de 24 horas), han llevado a utilizar otro tipo de muestras alternativas (primera orina de la mañana o muestras aleatorias), expresándose los resultados en estos casos como concentración de proteínas en relación con la cretinina urinaria por ser este último un parámetro estable.

En ausencia de causales que puedan alterar los resultados como estados febriles, actividad física intensa previa, cuadros de deshidratación entre otros, en individuos en condiciones clínicas estables hay estudios que han evaluado la idoneidad del cociente Proteína/Creatinina en orina de muestra aleatoria o en la primera micción matinal como alternativa a la excreción de proteína en orina de 24 horas.(32-35) Los mismos coinciden en que existe una buena correlación y concordancia entre ambas magnitudes, en un amplio rango de valores de proteinuria,(36) salvo para proteinurias de rango nefrótico (>3,5 g/1,73 m2/día).(12) Cuando el cociente Proteína/Creatinina en orina se expresa en mg/g el valor cuantitativo obtenido es similar al que se obtendría para una excreción de proteína expresada en g/día; si el cociente Proteína/Creatinina en orina se expresa en mg/mmol, la excreción en orina de 24 horas es aproximadamente 10 veces su valor.(9) De la misma forma, diferentes estudios(36-39) han demostrado que para evaluar el cociente Albúmina/Creatinina en orina (mg/g o mg/mmol) la primera orina de la mañana, en ayunas y fuera de las condiciones clínicas referidas con anterioridad, es la muestra más adecuada tanto para la búsqueda de albuminuria como para su monitorización.

 

Conservación de muestras

La realización de las determinaciones en orina comienza con una adecuada técnica de recolección de la muestra y de su procesamiento de inmediato para obtener una óptima información de la prueba. La orina debe recogerse en un frasco preferentemente estéril con tapa hermética para impedir su derramamiento y contaminación. La muestra de orina es estable durante 7 días entre 2-8 ºC.(14,40) En el caso de necesidad de congelar la muestra se recomienda hacerlo a temperaturas ≤ –70 ºC y no a –20 ºC.(41-44) La descongelación se debe realizar a temperatura ambiente y la muestra debe ser homogeneizada con la finalidad de disolver los precipitados que hayan podido formarse (en caso de presentar turbidez es recomendable centrifugar las muestras). Se sugiere utilizar muestras frescas de orina para la medición confiable de la albúmina en la orina.(45) Si por algún motivo fuese necesario realizar una recolección de 24 horas de la orina, ésta debe mantenerse refrigerada, no siendo necesario añadir ningún conservante en la misma.

 

CIRCUNSTANCIAS CLÍNICAS ASISTENCIALES EN LAS CUALES SE EVALÚA LA PÉRDIDA DE PROTEÍNAS O DE ALBÚMINA EN ORINA

El examen de la albuminuria o proteinuria puede tener 3 objetivos: 1) búsqueda poblacional de ERC (cribaje, rastrillaje, tamizaje o el término inglés “screening”); 2) la confirmación diagnóstica de un resultado «+» en el tamizaje; 3) seguimiento de la respuesta terapéutica y/o evolución de quienes tienen proteinuria previamente cuantificada.

 

MÉTODOS PARA LA VALORACIÓN DE PROTEINURIA COMO TAMIZAJE

 

Tira reactiva para la detección Proteínas en orina

Cuando se realiza la búsqueda de proteínas en orina, particularmente en aquellas poblaciones expuestas a un mayor riesgo, como fue previamente referido, se pueden utilizar tiras reactivas. Estos conceptos deben ser fortalecidos con la buena correlación existente de los resultados frente a los programas de Evaluación Interna y Externa de la Calidad. En ausencia de proteínas el área de la tira da un color amarillo; si en cambio existe proteína, entre los 30 y 60 segundos después del contacto con la orina, aparecen tonos variables de verde, dependiendo de la concentración de proteínas presentes.(40) El resultado se interpreta mediante la comparación visual o con lector de tiras, del color obtenido respecto a una escala cromática semicuantitativa correspondiente a distintas concentraciones de proteína urinaria. Esta relación es variable y depende de la marca comercial de la tira.

La reacción para proteínas se considera positiva cuando se observa un cambio de color en el área reactiva la cual comprende desde trazas a «1+; 2+; 3+» o superior, y para la mayoría de los fabricantes, corresponde a una concentración entre 150 y 300 mg/l en orina. Cabe destacar que un resultado de proteínas en el rango de proteinuria fisiológica, detectado por tira reactiva, no siempre se corresponde con un riñón sano, por tal motivo es que resulta de importancia clínica que toda proteinuria debe ser estudiada y confirmada, sobre todo en los pacientes de riesgo.

Las limitaciones de estos métodos de búsqueda son los resultados falsos negativos que pueden darse en orinas muy diluidas, o por el aumento de otras proteínas diferentes a la albúmina, y falsos positivos debido a la presencia de hematuria, orinas con pH urinario ≥ 8, o de componentes coloreados tales como la bilirrubina y algunos fármacos.

La exactitud diagnóstica de las tiras reactivas se ha comparado con proteinuria de 24 horas en poblaciones con alta prevalencia de proteinuria con buenos resultados.(46-48) Los datos muestran una sensibilidad y especificidad variable en función de la concentración de proteína considerada, y fundamentalmente de la calidad de las tiras reactivas utilizadas en cuanto a su sensiblilidad y exactitud. En tal sentido, recomendamos leer los insertos de las tiras reactivas a utilizar para asegurar la confiabilidad de los resultados emitidos, respetando las condiciones de uso y las limitaciones sugeridas por el fabricante. Además, toda vez que se obtenga un resultado positivo por tira, las guías de práctica clínica aconsejan que el mismo sea confirmado mediante una medición cuantitativa.(49)

 

Tira reactiva para la detección de Albúmina en orina

La medida semicuantitativa de albúmina a partir de tiras reactivas se puede realizar mediante métodos inmunológicos o no inmunológicos40, siendo capaces de detectar concentraciones pequeñas de albúmina (30-40 mg/l).

Los estudios realizados para conocer la exactitud diagnóstica de la tira específica para la detección de albúmina a concentraciones superiores a 30 mg/g creatinina muestran una sensibilidad variable (del 37 al 83%), pero con una elevada especificidad (del 93 al 98%).

El valor predictivo positivo y negativo es variable dependiendo de la concentración utilizada para definir albuminuria.(6) Esta metodología está muy difundida, y tiene demostrada utilidad clínica, en la búsqueda de pérdida incipiente de albúmina en la nefropatía diabética. Sin embargo, los estudios realizados para conocer la exactitud diagnóstica de la tira específica para la detección de albúmina muestran una sensibilidad y especificidad variable. Consecuentemente y dada la importancia de establecer una detección precoz de la ERC, es que debería solicitarse la determinación de la albúmina urinaria y del cociente Albúmina/Creatinina, preferentemente en la primera orina de la mañana, particularmente en la evaluación del paciente de riesgo.

 

MÉTODOS CUANTITATIVOS PARA DETECTAR O CONFIRMAR PROTEINURIA

La evaluación en el laboratorio de la eliminación de proteínas totales en orina ha sido importante para el diagnóstico y seguimiento de la ER durante muchos años. Además desde finales de 1990, la valoración de albuminuria se ha utilizado para determinar si un paciente diabético tiene nefropatía incipiente. La evolución de la comprensión de la ERC y, en particular, del riesgo CV de los individuos con ERC, requiere una valoración sensible de la presencia de proteína en la orina, dado que su existencia y cuantificación han adquirido gran relevancia como significado pronóstico y evolutivo de la ER y de los tratamientos utilizados para detener o retardar la misma.

Grupos de trabajo internacionales en Medicina y Química Clínica como la National Kidney Disease Education Program/International Federation of Clinical Chemistry and Laboratory Medicine (NKDEP/IFCC) han avanzado hacia un sistema de referencia para la albuminuria. La normalización es esencial para permitir la aplicación de puntos de decisión válida universales, y una evaluación de la ER más homogénea. Estos grupos de trabajo recomiendan que la confirmación de proteinuria en la ERC se debe hacer mediante la medición analítica de albúmina en muestra de orina fresca primera de la mañana.(50)

 

Métodos cuantitativos para la medida de Proteinuria

Los métodos más utilizados para la determinación de proteinuria son los turbidimétricos (basados en la floculación fina de las proteínas por acción de compuestos tipo ácido tricloroacético, ácido sulfosalicílico o cloruro de bencetonio) y los colorimétricos basados en la fijación a colorantes (Ponceau-S, azul brillante de Coomassie y Rojo de pirogalol molibdato). Tanto unos como otros presentan diferente sensibilidad y especificidad analítica para los distintos tipos de proteínas, reaccionando en mayor proporción con la albúmina.(51-52) No existe actualmente ningún procedimiento de medida definitivo ni material de referencia para la determinación de proteína en orina, lo que da lugar a una gran variabilidad entre los resultados obtenidos en diferentes laboratorios. La mayor variación afecta, sobre todo, a las concentraciones bajas y es menos importante para las más elevadas, en parte debido a que estas últimas tienen una mayor concentración relativa de albúmina. Los datos procedentes del Programa de Control Externo de la Calidad (FPCQLC) de la Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular (SEQC) del año 2009 indican que los métodos más empleados para la medida de proteína son los turbidimétricos que utilizan cloruro de bencetonio (48,5% de los laboratorios) y los de fijación al colorante rojo de pirogalol (44,9% de los laboratorios). Los coeficientes de variación oscilaron entre 7,7 y 10,5% (turbidimétricos) y 4,5 y 7,7% (fijación al colorante rojo de pirogalol) para un intervalo de concentraciones entre 0,31 y 1,07 g/l.(53)

En Argentina, una encuesta al sector bioquímico, organizada por el Grupo Multidisciplinario conformado por la Sociedad Argentina de Nefrología, la Confederación Unificada Bioquímica de la República Argentina, la Asociación Bioquímica Argentina y la Fundación Bioquímica Argentina indica que los métodos utilizados se distribuyen de la siguiente manera: Rojo de Pirogalol 51.7%, Ácido Sulfosalicílico (ASS), 33,6%, Ácido Tricloroacético (TCA), 3.9% y Cloruro de Bencetonio 2,2%.(54)

Según datos del Programa de Evaluación Externa de la Calidad, de la Fundación Bioquímica Argentina, los coeficientes de variación interlaboratorial son: a una concentración de 0.3 g/L 16 a 28% para métodos turbidimétricos y 26% para colorimétrico. A una concentración de 1g/L 16 a 32 % para métodos turbidimétricos y 18% para colorimétrico.

 

Métodos cuantitativos para la medida de Albuminuria

Miller et al.(16) han reportado que los ensayos para cuantificar la albuminuria deberían ser estandarizados utilizando un método y material de referencia para su calibración.

Los métodos más habituales para medirla son los inmunoanálisis turbidimétricos o nefelométricos con límites de detección entre 2 y 10 mg/l, siendo la nefelometría el método clínico con mejor rendimiento analítico.(55)

Se han desarrollado diversos métodos para cuantificar albúmina en orina, incluyendo RIA (Radioimmunoassay), tiras reactivas, inmunoturbimetría, ELISA (Enzyme-Linked Immuno Sorbent Assay), HPLC (High Performance Liquid Chromatography), cromatografía líquida en tandem LCMS/MS. Se dispone de pocos datos de estudios limitados que evalúen los límites de detección, y comparen los distintos métodos y equipos disponibles.(56) Los datos procedentes del FPCQLC de la SEQC del año 2009 muestran que el 87,8% de los laboratorios inscritos determinan la albúmina en orina mediante métodos turbidimétricos, frente al 12,1% que utilizan métodos nefelométricos. Los coeficientes de variación son similares para ambos métodos en rangos entre 300 y 1000 mg/l.(52)

En los últimos años, se han descrito métodos basados en cromatografía líquida de alta resolución (HPLC) que producen valores más altos con respecto a los métodos de inmunoanálisis ya que detectan formas de albúmina no inmunorreactivas. Distintos programas de control externo de la calidad evidencian que existen diferencias entre los resultados obtenidos por distintos laboratorios y en las unidades de expresión de los mismos.(57) Ello es consecuencia de la inexistencia de un procedimiento analítico de referencia; de un material de referencia internacional; de la presencia en orina de diferentes formas moleculares de la albúmina, tanto en el espécimen como en los calibradores (moléculas fragmentadas, glicosiladas y formas diméricas); de albúmina degradada o no reactiva a los anticuerpos; de las uniones inespecíficas de la albúmina a los tubos utilizados para la recolección del espécimen, así como de los fenómenos de polimerización y fragmentación que se producen durante su almacenamiento y en los procesos de congelación y descongelación de las muestras.(58) Tampoco está claro cuáles son las fracciones de albúmina posibles de valorar que mejor correlacionan con los resultados clínicos. Se está trabajando en la búsqueda de un método de referencia como un método basado en cromatografía líquida acoplada a espectrometría de masas por dilución isotópica (LCIDMS)(59) como posible candidato. Por otra parte la preparación de un material de referencia (RM) con propiedades bien definidas y una concentración correctamente asignada es esencial para el establecimiento de la cadena de trazabilidad de los inmunoensayos de albúmina en orina. Un posible candidato a material de referencia para la albúmina en orina, el CRM-UA, podría mejorar la estandarización. El uso del CRM-UA mostró buena normalización de los resultados de albúmina urinaria entre siete inmunoensayos.(60)

 

RECOMENDACIONES

 

Recomendaciones para la evaluación de la Proteinuria y/o Albuminuria (modificado de 13)

1. En las poblaciones en riesgo debe realizarse la búsqueda sistemática de la ERC mediante la estimación del IFGe, según lo recomendado en el documento previo, junto a la evaluación de la pérdida de Proteínas o Albúmina por orina.

2. Debe asumirse que la presencia de concentraciones elevadas de proteinuria o albuminuria, en dos o más ocasiones durante un período ≥ a tres meses, es un signo de lesión renal, y junto con la estimación del IFGe constituyen la base sobre la que se sustenta el diagnóstico de la ERC.

3. La pesquisa de Proteínas o Albúmina, urinarias, en poblaciones en riesgo puede iniciarse con tiras reactivas estándar. Sin embargo, dada la importancia de establecer un diagnóstico adecuado de la ERC, la confirmación de los hallazgos positivos detectados, o la monitorización de Proteínas y/o Albúmina en orina debe estar basada en una medida cuantitativa.

4. Para la clasificación en estadios y monitorización de la ERC y la respuesta a las terapéuticas implementadas, recomendamos que la presencia de la pérdida proteica urinaria sea valorada de la siguiente manera:

5. Se recomienda considerar «proteinuria clínicamente significativa»:

6. En individuos con ERC y proteinuria clínicamente significativa es posible realizar la monitorización mediante el cociente Proteína/Creatinina.

7. Se desaconseja el uso de factores para la conversión del cociente Albúmina/Creatinina en Proteína/Creatinina o viceversa.

 

Sobre muestras e informes de laboratorio (modificado de 13)

8. La primera orina de la mañana es la muestra más adecuada para la detección y monitorización de proteinuria y/o albuminuria tanto en adultos como en niños pequeños sin control de esfínteres. Si las muestras no son procesadas el mismo día de la obtención, se aconseja su almacenamiento a temperaturas entre 2 y 8 ºC hasta 7 días, previa centrifugación. Para periodos de almacenamiento superiores las muestras deben congelarse a temperaturas ≤ -70ºC, se descongelarán a temperatura ambiente, y en caso de presentar turbidez se aconseja centrifugar las muestras previo a su procesamiento.

9. Se recomienda que para los métodos cuantitativos de medición de proteínas o de albúmina en orina las mismas sean referidas a la concentración de creatinina urinaria.

10. La expresión de resultados de albuminuria será mg/g o mg/mmol en función del tipo de unidades utilizadas por cada laboratorio. Los resultados deben expresarse sin decimales (mg/g) o con un decimal (mg/mmol).

11. Las denominaciones microalbuminuria y macroalbuminuria deberían abandonarse, sustituyéndose por el de albuminuria o pérdida o excreción de albúmina urinaria.

 

Sobre categorías para definir clínicamente al cociente Albúmina/Creatinina en orina

12. En la práctica clínica se aconseja considerar las siguientes categorías para definir al cociente Albúmina/Creatinina en orina:(26)

Óptimo: < 10 mg/g
Normal alto: 10-29 mg/g
Alto: 30-299 mg/g
Muy alto: ≥ 300 mg/g

Sin embargo, los valores de corte precisos para aplicar en la práctica clínica aún se siguen debatiendo.(61) Consecuentemente, el valor de corte inferior para Albuminuria y para el cociente Albúmina/Creatinina puede ir cambiando a lo largo de los años. De hecho, los niveles de corte se definen según el costo/beneficio de la detección de la Albuminuria y del tratamiento para reducirla en un intento de prevenir la ERC y la enfermedad CV.

 

Conflicto de intereses: Los autores declaran no poseer ningún interés comercial o asociativo que presente un conflicto de intereses con el trabajo presentado.

 

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Cómo citar este artículo: Inserra F, Angerosa M, Alegre JR, Alles A, Bianchi ME, Dorado E, Etchegoyen MC, Fayad A, Greloni G, Mazziotta D, Pennacchiotti G, Rosa Diez G, Torales S, Torres ML, Varela F, Villagra A. Documento de Consenso. Implicancia de la proteinuria en el diagnóstico y seguimiento de la enfermedad renal crónica (ERC). Rev Nefrol Dial Traspl. 2013; 33(4):233-248.

 

 

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